Siempre nos hacemos esta pregunta cuando llega el Verano. Especialmente cuando los padres trabajamos e intentamos hacer coincidir nuestra vacaciones con la de los pequeños. ¡Cosa imposible!
Las colonias y los abuelos, las principales opciones para conciliar en verano
Algunos tienen la suerte de contar con los abuelos, para la custodia de los pequeños en este período. Los niños encantados, ya que los abuelos no son tan estrictos y les permiten ciertos caprichos que en muchas ocasiones no les permitimos. Es una bendición poder contar con los abuelos.
Algunos padres se ponen de acuerdo con una amiga o madre de algún amiguito. Para alternarse el cuidado de los niños, de esta manera pueden cumplir con su trabajo. También disponemos de las escuelas que abren en períodos vacacionales. Con actividades extra-escolares, donde los pequeños dedican tiempo a la recreación y el ocio.
Otros padres optan por inscribir a los niños en talleres donde los inician en la enseñanza de determinadas actividades. Como son la danza, el canto, algún instrumento musical, deporte, las artes escénicas, el dibujo …. Esto les ayuda a descubrir y definir sus inclinaciones vocacionales.
La oferta de actividades de verano dirigidas a los niños cada vez es más amplia: talleres, campamentos, estancias deportivas… Todas estas son un gran recurso para muchas familias durante las vacaciones escolares. Viajar e ir de campamentos aporta a los niños grandes beneficios para desarrollarse social y emocionalmente. Les genera una nueva actitud ante la vida y hacia los demás. Además permite desconectar de la rutina y el estrés. Vivir experiencias inolvidables, reencontrase con uno mismo, abrir la mente, conocer otras realidades y culturas, etc.
Y cuando al fin ya podemos disponer de algunos días de vacaciones, hay muchas cosas que se pueden hacer con los niños.
Los niños no son una excepción a través del viaje, disfrutan de buenos momentos, desarrollan un pensamiento más racional, reflexivo y crítico y además, adquieren nuevos valores y habilidades de tipo emocional y social. También sirve para aumentar la capacidad de observación, que ayudará a los niños a adoptar un papel más crítico y reflexivo ante la vida.
Verán nuevas realidades, culturas, idiomas diferentes y nuevas maneras de hacer y potenciará su sentido aventurero y explorador. Destapará su curiosidad y aprenderán a ser más respetuosos y tolerantes con los demás y con el medio ambiente.
Viajar crea memorias y experiencias inolvidables que acompañarán a los niños a lo largo de toda la vida.
También puedes aprovechar para visitar familiares, que por lejanía no es posible visitarles el resto del año, esto les refuerza los lazos familiares, conocen otros primos e incluso hacen nuevas amistades.
Organiza excursiones a la playa, parques, donde puedan nadar, correr, montar bici, las actividades físicas en los pequeños es fundamental para su desarrollo integral.
Puedes planificar visitas a acuarios, zoológicos, museos, galerías, exposiciones, lugares de interés histórico. Estas son salidas muy instructivas que ayudan a ampliar la cultura de los niños.
Pero no siempre hay que salir de casa para pasarlo bien.
Organiza encuentros en casa donde puedas invitar a sus amigos, a hacer actividades al aire libre.
Animarlos a participar de las labores de casa apropiadas para su edad, los horarios escolares dificultan que se involucren. Los niños que participan en las tareas del hogar son más equilibrados y tienen mejores relaciones con los demás. La capacidad de autodisciplina y autocuidado fomentan la autoestima y la seguridad en uno mismo.
En definitiva, el verano significa una ventana de oportunidad para redefinir y establecer nuevos ritmos marcados por las horas de luz y el incremento del tiempo disponible en familia. Podemos crear horarios y rutinas más calmados y menos estructurados, pero predecibles, para estimular la tranquilidad, la seguridad, la creatividad, el contacto con la naturaleza y las relaciones sociales.
¡Con todas estas actividades para las vacaciones, no quedará tiempo para el aburrimiento!